La paternidad responsable como forma de vida
Madre no hay más que una. Y padre también. El sexo masculino está desde hace años tomando un papel cada vez más activo en la paternidad y se ha demostrado que esta mayor implicación no produce sino beneficios, no solo sobre los niños, sino sobre toda la familia e incluso sobre ellos mismos. El padre activo, un tema que merece recordar porque ayer se celebró en América Latina y Estados Unidos el Día del Padre. El Informe sobre la paternidad del año 2017, fruto de una campaña global para promover que hombres de todas las edades se involucren en el cuidado de sus hijos con igualdad de género y sin violencia, pone de manifiesto que los padres activos son más felices, tienen mejor salud física y mental y menos estrés y el riesgo de que sufran accidentes o abusen de alcohol y drogas es menor.
Sus parejas también ganan. Cuando los padres se involucran, la calidad de vida de las madres mejora y disminuye la tensión respecto a la crianza y el cuidado del hogar. La presencia del padre influye positivamente en la experiencia del parto y en los cuidados de la salud materna, incluyendo los controles pre y posnatales. La participación de los progenitores alienta prácticas saludables como la lactancia materna, el cuidado general de los niños y la vacunación, aspecto a tener muy en cuenta ya que aproximadamente 1,5 millones de muertes infantiles se podrían prevenir si los padres llevaran al día las cartillas de vacunación de sus hijos. Igualmente, la paternidad activa tiene importantes consecuencias en la disminución de las brechas y de la violencia de género que actualmente afecta a 1 de cada 3 mujeres en el mundo.
Una mayor implicación de los padres en el cuidado de sus hijos tiene, sin duda, un efecto profundo sobre los niños, estimulando su crecimiento saludable y el desarrollo de la empatía y otras aptitudes sociales. También fomenta un mejor rendimiento académico, a la vez que disminuye la tasa de abandono de los estudios. Los hijos de padres activos tienen menos problemas emocionales y hasta se preocupan menos por su futuro. Asimismo, el riesgo de que los niños se involucren en actividades delictivas o que estén expuestos a la explotación o el abuso sexual es menor.
El Informe que acaba de ser publicado en este mes de junio, coincidiendo con la celebración del Día del Padre en numerosos países de América, resalta que en ningún país del mundo hombres y mujeres asumen una participación igualitaria. Sin embargo, en el área de América Latina y el Caribe se encuentran algunas de las mayores disparidades del mundo. A pesar de que en áreas urbanas de esta región está aumentando el porcentaje de hombres que participan activamente del cuidado de sus niños, el 50% de los varones aún considera que las actividades domésticas, no remuneradas, son principalmente tarea de mujeres. Solo el 3,2% de los hombres en el área ha cambiado el trabajo remunerado por el doméstico. En Ecuador, por ejemplo, las mujeres dedican 31 horas semanales al trabajo no remunerado y los hombres 9, una diferencia de 22 horas. En general, y aunque en países como Estados Unidos el tiempo que los hombres dedican a estas labores se ha incrementado en 6 horas en las últimas décadas, las mujeres siguen empleando entre 2 y 10 veces más de su tiempo en ello.
Si bien muchos padres expresan el deseo de trabajar menos para dedicar más tiempo a sus hijos, como es el caso del 77% de los padres chilenos, las políticas empresariales no son compatibles con este deseo. La manera más efectiva de apoyar a los padres que quieren participar activamente de la crianza de sus hijos es mediante políticas públicas que promuevan las licencias de paternidad para padres y madres. Cuando los padres aprovechan la licencia de paternidad, son un 19% más proclives a dedicarse al cuidado de los niños entre 8 y 12 meses después de concluir la baja laboral.
El 80% de los varones llega a ser padres biológicos en algún momento de su vida por lo que se considera una prioridad el revolucionar los marcos sociales y profesionales que perpetúan estereotipos machistas y terminan excluyendo a los hombres de una paternidad más activa. Incluso los Programas de Transferencias Condicionadas que vinculan ayuda a la consecución de comportamientos que permitan aumentar el capital humano de las familias más desfavorecidas, podría otorgar mayor protagonismo a una paternidad responsable.
Iniciativas orientadas a celebrar la paternidad activa están haciendo su parte para que esto sea cada vez más una tendencia y no la excepción. La campaña #SoyPadreAsí, impulsada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), anima a los padres a liderar con su ejemplo y mostrar al mundo cómo involucrarse en el cuidado de sus hijos transforma sus vidas y las de sus familias a diario. Y aunque ya es perceptible la voluntad de hacer de la paternidad activa una forma de vida, la meta es que se traduzca en una realidad tangible.
Ferdinando Regalía es padre de dos hijos y jefe de la división de salud y protección social del Banco Interamericano de Desarrollo.
Publicado en El País, 19 de junio 2017.